La brava Lola: Vida de Lola Montez ( I )

Lola Montez. Sostenía ser hija de un torero: Fco. Montes.
Lola Montez. Sostenía ser hija de un torero: Fco. Montes.


Vida de Lola Montes


Dicen que la belleza es un don de los dioses, pero hay otros que la consideran una fatalidad porque, en efecto, esta gracia divina no suele ser manejada con moderación por los hombres: atrae los conflictos y cuando no, los genera. Si una mujer es bella seguramente conseguirá de los varones lo que otras no son capaces, pero atraerá la enemistad de las mujeres. Si se trata de un hombre sucederá a la inversa. Tanto en un caso como en otro, serán reyes, pero siempre permanecerán exiliados en un territorio extraño; el del sexo opuesto. La belleza genera a partes iguales admiración y envidia, pero suele ganar la envidia. Esto ha pasado siempre para disgusto de los predicadores de la modernidad que piensan que estos tiempos son el fin de la historia. Un día dedicaremos una entrada a la belleza. Por de pronto, esta es la pequeña historia de una bella: Lola Montez, que a pesar de no tener ni un ápice de sangre española, era anglo-irlandesa, se decía descendiente de un torero sevillano (Francisco Montes) .
     La historia de Lola Montez es la de una impostura, una biografía ficticia hecha para sobrevivir en un mundo de hombres, el del siglo XIX, escapando así de un destino mediocre que no miserable. Lo más sorprendente de Montez es que mostró la extraordinaria ingenuidad de una sociedad a la que se podía burlar con una decena de palabras aprendidas en castellano, dos sesiones de baile español y unas castañuelas.
     Montez poseía una belleza que bien pudiera pasar por mediterránea y que debió de ser considerable. Sus dientes, sus ojos y el tamaño de sus pies aparecen recurrentemente en las crónicas de aquellos que la conocieron, y que fueron muchos: sus amantes, y los que sin serlo, aspiraban a recibir sus favores. La prensa la trató con cierta condescendencia. Rendidos a sus encantos los cronistas de la época, fueron bastante benevolentes con sus excesos, cómplices en sus engaños y comprensiblemente paternalistas con su ambición. No en balde, fue una de las figuras precursoras en la naciente prensa rosa o frívola, manejada casi en su totalidad por varones, muchos de ellos perdidamente enamorados de esta mujer, y no precisamente por su calidad artística, que debía de ser nula, sino por su innegable capacidad de seducción.
     Amar alguna vez estamos por asegurar que nunca lo hizo. Quizás estuvo algo enfebrecida en su primer matrimonio efectuado con el teniente Thomas James, cuando contaba 16 años y él la doblaba en edad. 
Este primer enlace sería el resultado de una doble trasgresión. Primero la de huir de un matrimonio que su madre había pactado con un vejestorio de casi setenta años, y segundo, por el torbellino de sensaciones que se desatan con el primer amor: irrefrenable, tanto mas cuanto que su madre vivía en Calcuta, La India, y ella en Inglaterra.
     María Dolores Eliza Rosanna Gilbert, que era su nombre real, había nacido en Irlanda. Hija de un militar británico y de Eliza Oliver, a la que algunos autores, sin mucha convicción, atribuyen alguna sangre española. Lo que sí es cierto es que Eliza parió a su hija antes de cumplir los dieciséis años, lo que para la época, era una edad situada en la media. Años después, el matrimonio se traslada a Calcuta, en la India, donde el padre es destinado en calidad de teniente. Morirá pronto, víctima de una epidemia de cólera, dejando viuda a Eliza y huérfana a su hija. La madre; Eliza, volverá a contraer matrimonio con otro militar, el cual, adoptará a la niña y considerará conveniente para su educación repatriarla de nuevo a Gran Bretaña, a Escocia exactamente, en donde sus hermanas se encargaran de su formación. La intención es buena, su padrastro es un hombre severo aunque afectuoso y justo. El carácter de Lola pronto chocará con el severo puritanismo de las hermanas de su padrastro. 
The misses Aldridge's Ladies. Internado de señoritas donde Lola Montez vivió y estudió antes de su primer matrimonio
The misses Aldridge's Ladies. Internado de señoritas donde Lola Montez vivió y estudió antes de su primer matrimonio

     Apenas tiene diez años, pero ya se significa por su carácter, señalada como testaruda y altiva, las hermanas desisten pronto de esa responsabilidad y su madre, Eliza, decide enviarla a Londres. A pesar de los deseos de Lola por regresar a Calcuta, su madre, ni por un momento, está dispuesta a considerar esa posibilidad. En Londres es acogida en casa de un conocido de su madre, Sir Jasper Nicolls, viudo que desea una compañera para su hija. Fue un acierto, Sir Jasper era un persona amable, aunque no estaba en condiciones de disciplinar la naturaleza rebelde de la ya preadolescente Lola, que para bien o para mal fue forjando su temperamento un poco a trompicones.

Lola Montez. La película.
Lola Montez. La película. 1955

Vida de una Mujer: Lola Montez consta de las siguientes entradas: