Hemos observado que el incienso, los inciensos, abocan siempre a una ceremonia pública ofrecida a la colectividad mientras que el perfume es una parada intima reservada a un reducido grupo o personaje eminente. A nuestro juicio en esto se diferencia la geografía fragante del Oriente respecto a las culturas occidentales en las que se perfumatizan las personas para diferenciarlas de las colectividades siguiendo el proceso inverso en Oriente. Aquí el peso de «los otros» sobre el individualismo occidental es decisivo. Nos atrevemos incluso a sugerir cierta transformación entre las ceremonias incensales gravadas por su compromiso publico y una suerte de desviación intima y privada del mismo que encontramos en el exquisito ceremonial que los guerreros samurais practicaban durante el siglo XIV como parte de su heuristica guerrera, y que consistía en un colmatamiento oloroso de su traje, cabello y casco con los delicados tonos procurados con el incienso japones o Koh.
Jinkoh es madera de agar, y se convirtió en un símbolo de poder y ostentación en el Japón de la etapa feudal. Toda la cronografía legendaria de los países nos suele presentar a un personaje que destaca de entre esa nube de señores locales que disputan sus limitaciones en un conflicto, que a veces, intenta resolverse sin perder la etiqueta y las buenas maneras; este personaje encaja coalescentemente con los excesos de Sasaki Doyo (1296-1373) un Shogun que acompañaba sus fiestas con enormes fragmentos de maderas aromáticas. Es en torno a este periodo, el siglo XIII cuando empieza a sustanciarse la ceremonia japonesa del incienso conocida como Kodo y que es un minucioso y bello ritual a la altura de la ceremonia del te y de las flores, de suerte que se puede considerar como la trilogía de las artes domesticas japoneses
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Utensilios precisos para la ceremonia del Kodo |
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Diversas cajas troqueladas para la medida del tiempo. Se colmataban con incienso en polvo y su complejidad determinaba el tiempo que tardaba en consumirse la mezcla [A.Bedini] |
Esta apreciación olorosa posee varias modalidades como aquella que exige una nula emisión de humo o la que permite proteger de la combustión directa un trozo de madera aromática merced a la utilización de un pequeño recipiente de plata o mica que se interpone entre la carga olorosa [madera o incienso por lo general] y la fuente de calor lo que proporciona una suave emisión de notas olfativas sin necesidad de que la combustion genere humo alguno[1] Aunque la ceremonia japonesa del incienso tuvo una intensa aceptación en el curso de los siglos XIII a XVII esto no impide que siglos antes Murasaki Shikibu[ca 978- ca 1014] autora del «genji Monogatari» [la novela de Genji] presente a su ficticio personaje, Genji en calidad del anfitrion de una de aquellas reuniones para diletantes olfativos en el curso de la cual reconocen el sandalo, la onycha[2], resina de pino, el almizcle, el estoraque y el azafran. Este pasatiempo era conocido en el antiguo Japón como soradakimono que evolucionó hacia el Khodo [la senda del incienso] una actividad mas solemne y formalizada destinada como la anterior a discriminar y reconocer las fragancias. El Khodo tiene la particularidad de ser una actividad masculina y solo hasta el siglo XVII prensenció la incorporación de mujeres de la aristocracia. El incienso japones se nutre de un repertorio de ingredientes que comprenderían entre otros el cedro, almizcle, geranio, jazmín, onycha, lavanda, olibano, pachuli, rosa, vainilla, vetiver, canela, clavo, madera de agar o aloe, benjui, y sándalo
Una expresión aun mas sofisticada y que posee el particular encanto de la sensualidad oriental por su natural simplicidad, es el del reloj utilizado por las Geishas y del que se servían para calcular la tarifa de sus servicios, consistiendo en varitas de incienso que se iban disponiendo sobre una cajita conforme se iban consumiendo[4]
[2] Se trata de las valvas de un caracol marino que adecuadamente pulverizada y mezclada proporciona un agradable equilibrio a los preparados incensales algo inclinados a las notas dulces proporcionadas por la mayoría de sus ingredientes vegetales. Esta entrada aparece también en la Biblia y sería, con reservas, uno de los constituyentes del oleo sagrado.
[4] S.A.Bedini. The scent of time.
NOTA El texto pertenece a la Historia de Perfume y el olor. En Preparación
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Veneno y envenenadores en La Historia