SANTOS, EREMITAS y PENITENTES. HIGIENE EN LA IGLESIA PRIMITIVA[a]
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San Clemente de Alejandría, junto con Orígenes uno de los mas brillantes pensadores del cristianismo primitivo |
La familiaridad con los olores pútridos y agresivos constituirían un capítulo mas de la expiación, y en ningún caso una extensión indeseable manifestación esta ultima de algún déficit natural o tara en el decoro de los anacoretas[11]. Una muestra muy tajante de esto lo proporciona San Arsenio preceptor de los hijos del Emperador Teodosio; Arcadio y Honorio, respectivamente y por lo tanto suficientemente baqueteado en la cancillería palaciega. El Santo se mortificaba con el olor del agua pútrida que utilizaba para suavizar la prestancia de las hojas de palma, material con el que fabricaba cestas, por lo que sería imputado de cierto descuido en sus labores al no ocuparse por mantener fresco el liquido. El Santo se ocupó de esquivar este desaliño en su esmero haciendo ver que en su vida pasada había quedado tan saturado de buenos perfumes que para compensar aquel efecto recibía con agrado la execrable compañía de la pestilencia[12]
Revisado 11/03/2023
La Comunidad
Veneno y envenenadores en La Historia