Las lombrices de tierra. Vida de estos curiosos animalitos
Piensa dónde vives. Mejor aún: piensa sobre lo que vives. En efecto, una superficie sólida y dura formada por roca más o menos compacta a la que llamamos suelo o simplemente tierra. Si tomáramos una naranja, la zona esa a la que llamas suelo tendría, a escala, el grosor de su cáscara, el resto sería roca liquida a mayor o menor densidad hasta los seis mil o siete kilómetros de profundidad. Este planeta es una incógnita y eso que nos preciamos de conocerlo todo. La parte en la que vivimos tiene un grosor inferior a los 50 kilómetros, formado por roca pura y dura sobre la que reposa un lamina a la que conocemos como suelo vegetal, que es la que en definitiva nos permite alimentarnos.
Esta una forma un poco extraña para empezar hablando de las lombrices, pero nos ayuda a contextualizar el medio en el que viven. Y es que su importancia para nosotros nunca ha sido suficientemente valorada. Puedes pensar en la lombriz como un tubito que se estira y que se encoge como una acordeón, y siempre que tenga algún punto de apoyo es capaz de moverse . Si tenéis la suficiente paciencia para observar durante algún tiempo las piedras de pequeño tamaño que reposan en los jardines, observaríais como, poco a poco, van hundiéndose en la tierra. Bien, pues este es el efecto del trabajo de las lombrices bien porque son enterradas por la tierra removida por estas, o por el trabajo de aireación que hacen, que esponja la tierra y hace que las piedras se hundan por su propio peso. Darwin, el naturalista, era muy aficionado a estos bichitos, observo esto en su jardín, lo que le llevo a pensar que las piedras de Stonehenge, que no se sabe muy bien para qué sirven, estaban parcialmente enterradas por la acción de estos anélidos. Mucho antes, los egipcios ya habían protegido a las lombrices a las que consideraban causantes de las fertilidad de las riberas del Nilo tras las crecidas del río. De hecho, actualmente la municipalidad de El Cairo está estudiado el uso de las laboriosas lombrices del Nilo en la degradación de la basura urbana. La Biblia, sin embargo no tenía muy buen concepto de estos bichos, por lo general todo lo que se arrastraba por el suelo era despreciable en la tradición judaica. En China desde tiempo inmemorial, se alimentaban de ellas ante las grandes hambrunas, no olvidemos que representan la mayor biomasa animal en la mayoría de ecosistemas templados terrestres. Los griegos las veían como las cañerías del planeta. Pero los pueblos bárbaros las detestaban, porque esa dichosa manía de revolver la tierra solía producir efectos no deseados, sobre todo en zona de enterramientos en los que los restos putrefactos de los cadáveres salían a la superficie como consecuencia del afán de los anélidos. Los romanos en cambio las tenían en gran consideración y las dejaban en maceración para tomarlas junto con el vino en sus grandes bacanales, sostenían sus propiedades afrodisíacas y energizantes y se dice que Pompeyo tomaba esta solución ante de sus batallas (más o menos como ese tequila que lleva un gusano dentro)
En condiciones óptimas puede llegar a vivir más que un perrito, unos 16 años, son ciegas y no pueden engordar en exceso, aunque son unas formidables devoradoras de nutrientes y pueden llegar a digerir más de un 70 por ciento de su peso corporal por día. No hay gorditas en el mundo de las lombrices como dijimos, la razón estriba en que debido a que respiran por la piel si aumentaran de peso, sus órganos internos perderían el contacto con la misma y no les llegaría el oxigeno . No sangran , tienen inmunidad al medio contaminado en el que viven y poseen una gran capacidad regenerativa. Si pierden la parte posterior de su cuerpo pueden regenerarlo. Sólo si la parte central o la zona donde se alojan los órganos vitales sufre daño perecen. Pueden sobrevivir dentro del agua y son hermafroditas. Llevan en la tierra más de 600 millones de años.
No sé si se acuerdan de una película llamada Dune [1] que fue un gran fracaso comercial dirigida por David Lynch y basada en una exitosa obra de Frank Herbert, pues bien, esta película recrea la vida en un planeta llamado Dune. Hostil para toda forma de vida, y habitado en su inmenso desierto por unas lombrices del tamaño de dos o tres campos de fútbol, que producen la especia, una suerte de humus místico. Estos seres viven en el desierto y cuando se les quiere llamar se utiliza un bateador que golpea secamente el suelo. Las mucho más modestas lombrices de tierra son extraordinariamente sensibles a esta vibración e interrumpen su actividad en cuanto la perciben. Porque la verdad, las lombrices son bastantes ruidosas. Las de Australia, que son las más grandes del mundo y nunca salen al exterior, producen una especie de gorgojeo audible perfectamente en las zonas donde se instalan. Y claro está, esa falta de discreción de las lombrices en su labor diaria es aprovechada por los depredadores, que en el caso de las lombrices se cuenta por cientos. No es extraño que oigamos a las lombrices porque, en una hectárea, puede haber hasta 10 millones de ellas; dos toneladas de gusanos que procesa doscientas cincuenta de toneladas de tierra al año. Y no cualquier tierra como veremos.
La lombriz no tiene dientes y lo que hace es succionar la tierra junto a la materia orgánica. A medida que avanza por su tracto intestinal, esta va transformándose en humus. Este proceso sucede también de forma natural, es decir los restos de materia orgánica se compostan naturalmente, pero demora mucho tiempo. La lombriz acelera este mecanismo, tiene la facultad de degradar la materia orgánica en cuestión de horas, y es que en la parte final del cuerpo de la lombriz hay una población de decenas de millones(repetimos: decenas de millones) de microorganismos que se agregan al humus conforme pasa este. El humus así resultante, es una materia fertilizante de alto rendimiento -muy superior al estiércol- en elementos nutritivos, que además puede ser fácilmente asimilado por las raíces de las plantas, y que retiene la humedad del suelo. Este humus recibe el nombre de oro negro, siembra vida, no mancha, no atrae insectos, ahorra agua y hasta desintoxica los suelos contaminados con productos químicos. De hecho se está utilizando en la recuperación de suelos contaminados con petróleo
Pero las lombrices de tierra no solo son útiles para la elaboración de humus, Crean galerías, caminos y avenidas por los que puede penetrar el agua y el aire, oxigenando y permitiendo que la tierra «respire». Ocupan un buen lugar en el hit parade de la popularidad, son las primeras por delante de las algas y a distancia de los hombres que se desploman hasta el sexto lugar. Y junto a las cianobacterias, organismos microscópicos responsables de la oxigenación de la atmósfera, son uno de los dos hitos de la evolución y sin su concurrencia la vida no hubiera sido posible en el planeta, al menos la vida tal y como hoy la conocemos. O sea que cuando las veas no las pises.
Revisado: 13/03/2022
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