las imagenes corresponden al fotógrafo ruso Andrey Pavlov
Si volvemos a nuestro hormiguero nos encontramos que la química de nuestra hormiga reina es como un diccionario para las hormigas, puesto que se comunican de esta forma, es también un libro de instrucciones, el verdadero lenguaje de las hormigas. Lo empieza a emitir una vez instalada en su nueva residencia. Pide hombre, un macho que la fertilice después del agotador viaje y emite para ello un olor especial. Nada, dos moléculas, pero ¡qué moléculas¡ De un olor intensísimo y que van dirigidas al primer Don Juan que ande volando por allí. Un flechazo en el corazón y el macho se desploma enamorado cerca de la entrada del hormiguero; es todo un príncipe.
Que casualidad, los machos son tan escasos en los hormigueros, pero éste, nuestro príncipe, va a caer al lado de un macho estéril; desaseado e indolente que se ha pasado toda su vida vagueando entre sus millones de hermanas. Sin oficio alguno, pero con derecho a comer. Aquí, en los hormigueros nadie se queda en ayunas, (los hormigueros tienen hasta espías y zombies a los que alimentar). Con lo que trabaja le quedan algunos años de vida, al otro, sin embargo, al macho enamorado queremos decir, le quedan quizás horas. ¡Pero qué horas¡
Exactamente el mecanismo de la seducción en la naturaleza funciona mas o menos con la siguiente secuencia:
Su hiperactividad se proyecta casi insignificantemente en la buena marcha del hormiguero. Son una superestructura viva, y una superestructura suele ser una suma de insignificancias. Probablemente estén a punto de presenciar el acto mas trascendente de esta colonia, cual es el acoplamiento entre una reina y un macho reproductor. Un breve contacto de sus abdómenes para permitir que esa maquina productora de larvas, que es la Reina, no interrumpa el ciclo vital de su especie.
Afortunadamente tienen un ciento de enemigos. El oso hormiguero, como no. Otro oso; el pardo. Aves mil, incendios, inundaciones y sobre todo las otras hormigas. Pelean inmisericordes entre ellas, aunque con algunas excepciones como ya veremos. Un hongo también, las controla como si fueran zombies y las hace morir exactamente en el lugar en el que puede parasitar con más facilidad a otro individuo. Una vez devorado su huésped, claro.
Revisado 13/03/2022
La vida de las Hormigas consta de dos entradasEl hormiguero más grande el mundo
En la primera parte de esta entrada nos quedábamos, hace unos días, en los pormenores de las hormigas bulldog………..¡esas terribles asesinas de hombres. Pues bien, vamos a precisar: en efecto poseen un veneno que a veces produce severas reacciones alérgicas; además de ser las hormigas más grandes del planeta (de 15 a 30 mm), causan una dolorosa picadura que puede ocasionar la muerte. En Tasmania, donde son muy abundantes, producen varios muertos al año. Pero Tasmania es un lugar con un índice demográfico muy bajo. De vivir en zonas más densamente pobladas su peligrosidad aumentaría considerablemente.
Las bulldog en comparación con las llamadas hormigas bala son casi inofensivas. Estas sí que tienen una picadura dolorosísima. Viven en Centroamérica y son bastante más temidas que las serpientes. Su picadura produce un dolor tan intenso que las comunidades de la zona lo utilizan para probar el valor de sus adolescentes; la capacidad para soportar el dolor. Viven en comunidades aún mas pequeñas, de unos cientos de individuos, con lo que se demuestra que a mayor mala leche (loc: mala leche: mal carácter) menor número de individuos. Estas, incluso, se dividen en grupos mas pequeños de 10 o 20 individuos. Esperan escondidas entre la hojarasca acechando a sus presas y no temen a nada. Con todo, la primera agresión no es la peor, la más peligrosa es la segunda porque puede producir una reacción por sensibilización, fatal en 24 horas. Como se ve, todos los colectivos un poco anárquicos, incluso en las hormigas, son más peligrosos porque son imprevisibles.
Si volvemos a nuestro hormiguero nos encontramos que la química de nuestra hormiga reina es como un diccionario para las hormigas, puesto que se comunican de esta forma, es también un libro de instrucciones, el verdadero lenguaje de las hormigas. Lo empieza a emitir una vez instalada en su nueva residencia. Pide hombre, un macho que la fertilice después del agotador viaje y emite para ello un olor especial. Nada, dos moléculas, pero ¡qué moléculas¡ De un olor intensísimo y que van dirigidas al primer Don Juan que ande volando por allí. Un flechazo en el corazón y el macho se desploma enamorado cerca de la entrada del hormiguero; es todo un príncipe.
Que casualidad, los machos son tan escasos en los hormigueros, pero éste, nuestro príncipe, va a caer al lado de un macho estéril; desaseado e indolente que se ha pasado toda su vida vagueando entre sus millones de hermanas. Sin oficio alguno, pero con derecho a comer. Aquí, en los hormigueros nadie se queda en ayunas, (los hormigueros tienen hasta espías y zombies a los que alimentar). Con lo que trabaja le quedan algunos años de vida, al otro, sin embargo, al macho enamorado queremos decir, le quedan quizás horas. ¡Pero qué horas¡
Muere joven, y te recordaran siempre joven. Muere viejo y sólo darás pena. Este pretendiente aún no las tiene todas consigo porque tiene antes que demostrar que realmente vale. Que no es sólo guapo y listo, que a la puerta de un hormiguero hay que ser algo más.
Exactamente el mecanismo de la seducción en la naturaleza funciona mas o menos con la siguiente secuencia:
- Primero: soy fuerte.
- Segundo: soy fuerte
- Tercero: soy fuerte
Algo reiterativo sí, pero es que no hay más. Otros pluses cualitativos como pudieran ser la belleza, e incluso, la inteligencia quedan para especies colchón, como la humana. Aquí lo que funciona es esto: un buen gañán (Loc: Hombre tosco y ordinario). Tiene que convencer a esa feroz guardia de corps de que así es. Que él vale. Que su semilla es capaz de satisfacer las expectativas del hormiguero y las larvas serán laboriosas y capaces. Suda feromonas, suda la sangre de las hormigas de puro miedo, y para mostrar sus pacíficas intenciones empieza a desprenderse de las alas, de esa manera no podrá escapar ya. Ni en este momento crítico las hormigas renuncian a su carácter práctico, y cuando el joven se desprende de las alas, se apresuran a hacerse con ellas. Son como los pastelitos de cortesía que trae el invitado para disfrute de la comunidad.
Identificación de hormigas para su estudio |
Y con lo que le gusta el dulce a estos animalitos, tanto que tienen rebaños de pulgones que les proporcionan un líquido nectarino. Les aprecian tanto que en la mudanza han cargado con ellas como si fueran larvas. Algunos hormigueros disponen de ganado de ordeño; no son vacas sino que son orugas. Las estimulan para que les sirvan esa mielada que tanto les gusta. Aunque a la postre estos inquilinos; las orugas, acaben por tomarse mas confianza de la debida; aprenden a generar un olor similar al de las hormigas, y como la mayoría son ciegas, terminan por ser alimentadas como si de larvas se tratara.
En realidad las hormigas tienen unos hormigueros llenos de población muy extraña. Son tantas que sus residencias acaban por parecerse a las ciudades más cosmopolitas con ciudadanos, en esta caso especies, de distinta procedencia. Para empezar, esas orugas a las que tratan como larvas. También unos parásitos diminutos que se adhieren a sus patas y que consiguen burlar a las brigadas de limpieza, hormigas que ofician además de enterradores y que recogen los cadáveres de sus hermanas muertas. Unos artrópodos que sin ser hormigas, se disfrazan tan bien que se parecen. Lo que no basta en este mundo subterráneo, porque no solo hay que parecerlo sino serlo: como los peores enemigos de las hormigas son las propias hormigas los infiltrados deben oler adecuadamente a genero local o perecerán. Estos artistas de la transformación se alimentan de sus huevos y sus larvas. Luego están los esclavos, hormigas capturadas en sus campañas bélicas en fase de larva y a las que no devoran, pero que utilizaran luego como obreras esclavas.
Entretanto nuestro Don Juan ha logrado acceder a la cámara nupcial, un recinto formado por no menos de doscientos mil individuos con sus cuerpos entrelazados, como en una gran carpa, y en cuyo interior la reina es atendida por un sin fin de obreras que la acicalan y la alimentan. Ocupándose especialmente en el extremo de su abdomen, del que cientos de hormigas-matronas se afanan incesantemente por recoger los huevos para trasladarlos rápidamente a la nursery, donde pasaran por las fases de huevo, larva, pupa y adulto.
Esta es la Cámara de los aromas, de las feromonas, el Sancta Sanctorum. Aquí se decide el futuro del hormiguero. El ser o no ser de la colonia. Cualquiera de los individuos que aquí están darían la vida por la Reina, hasta el extremo de que, separada la cabeza del cuerpo, siguen haciendo presión con sus pinzas (oportunamente este gesto reflejo es utilizado quirúrgicamente para la cicatrización de heridas. A falta de otros elementos de sutura, en algunas zonas de África se utilizan las cabezas de las hormigas para cerrar las heridas). Pero no pueden aparearse por ella, son todas estériles.
Su hiperactividad se proyecta casi insignificantemente en la buena marcha del hormiguero. Son una superestructura viva, y una superestructura suele ser una suma de insignificancias. Probablemente estén a punto de presenciar el acto mas trascendente de esta colonia, cual es el acoplamiento entre una reina y un macho reproductor. Un breve contacto de sus abdómenes para permitir que esa maquina productora de larvas, que es la Reina, no interrumpa el ciclo vital de su especie.
El macho no tardará en perecer, pero ella; veleidosa y promiscua no está hecha para ninguna historia de amor. Producirá tantas larvas hambrientas e insaciables que colapsará la zona de caza. Ningún depredador apura hasta este extremo el espacio que ocupa. Es beneficiosa porque limita la población de insectos, pero si su población creciera indefinidamente acabarían con toda la vida sobre la tierra.
Afortunadamente tienen un ciento de enemigos. El oso hormiguero, como no. Otro oso; el pardo. Aves mil, incendios, inundaciones y sobre todo las otras hormigas. Pelean inmisericordes entre ellas, aunque con algunas excepciones como ya veremos. Un hongo también, las controla como si fueran zombies y las hace morir exactamente en el lugar en el que puede parasitar con más facilidad a otro individuo. Una vez devorado su huésped, claro.
Ya hemos dicho que son colectivamente los mayores depredadores de la naturaleza, se calcula que forman un colectivo de mas de 1000 billones de individuos. Aburre contarlas. Seguramente hay hormigueros de proporciones colosales, pero ninguno como el súper hormiguero con infinidad de cámaras interconectadas que atraviesa el Sur de Europa. Desde Italia hasta el extremo occidental de España.
Aparte de su carne y el tango, Argentina parece decidida a conquistar el mundo merced a sus más que locuaces hormigas. Desde principios del siglo XX, las hormigas argentinas se han extendido por buena parte del planeta. Podría tratarse de una especie extraña más que se dedica a depredar la población local de hormigas, pero esta especie tiene una particularidad; se las ha arreglado para que todos los hormigueros pertenecientes a la misma especie colaboren y no disputen entre sí. Un superorganismo federal de proporciones formidables que posee el arma secreta de la colaboración.
Revisado 13/03/2022
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